Dositeo Amoedo, delegado territorial de EFPA en Galicia, valora muy positivamente en un artículo en El Faro de Vigo la reforma del IRPF aprobada por el Gobierno: “No hay duda de que cualquier reducción de impuestos es algo que favorece al ciudadano, pues implica que la renta disponible, la que queda tras deducir de nuestros ingresos los impuestos, aumenta. Y más dinero cada mes en el bolsillo supone mayor posibilidad de consumo y de ahorro, y con esto se `inyecta gasolina´ en la economía”.
Amoedo insiste en que “esta reducción del impuesto a pagar va a conllevar una inmediata reducción en las retenciones que mensualmente se aplica en las nóminas, para ajustarlas a las nuevas tarifas del impuesto. Y en el caso de los autónomos, el adelanto de estas medidas previstas para el ejercicio 2016 va a suponer que la retención en sus facturas pasará del 19% al 15%, una importante inyección de liquidez para un grupo muy significativo de la economía española. También se ve beneficiada la fiscalidad del ahorro. Por una parte, las retenciones de los intereses de cuentas o de dividendos, pasa del 21% al 19,5%. Y también cae la tarifa final del impuesto con carácter retroactivo desde el 1 de enero de este año, para evitar agravios con los contribuyentes que hayan tenido plusvalías en la primera parte del año”.
También recuerda que “es bueno pensar que, con más ingresos líquidos, lógico es dedicar una parte al consumo pero también lo es plantearse dedicar una parte al ahorro, a mejorar las reservas de fondos que pueden haberse visto dañadas en los últimos tiempos. Y en ese momento, contar con la ayuda de un asesor financiero certificado, puede ayudarnos a analizar no solo cuantos fondos dedicar al ahorro, sino a identificar el mejor vehículo de inversión de ese ahorro que se ajuste a nuestras necesidades”.