El sector asegurador está que trina. Resulta que la fracasada MiFID (ver noticia anterior) es el modelo de la IMD II , la directiva de distribución de seguros presentada ayer. La base de ambas directivas es buscar una mayor transparencia en la comercialización. La nueva norma obligará a los intermediarios de seguros a informar al cliente de su remuneración en los seguros de vida con componente de inversión, mientras que en resto de seguros (autos, hogar, decesos
) lo deberán hacer si se lo pide el cliente. Cuando las compañías aseguradoras vendan directamente un seguro, deberán informar de la remuneración variable que percibirá por este supuesto el empleado que realice la venta. Además , el análisis objetivo al que ya están obligadas las corredurías (una suerte de `test de idoneidad´) verá cómo se endurecen sus condiciones en los seguros de vida.
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