BBVA ha lanzado un plan experimental de oficinas unipersonales y sin director, con las que quiere evitar el riesgo de pérdidas de clientes vinculado a una clausura directa y economizar al máximo en recursos, según publicó El Economista. La entidad ha identificado entre 20 y 30 sucursales que no llegan al umbral de rentabilidad deseado para hacer de laboratorio. Son locales que deja surtidos en su mayoría por un solo trabajador, aunque algunas cuentan con dos empleados, y los ha rebautizado como Centros de Servicios Bancarios.
Fuentes sindicales indican a El Economista que el banco prevé ampliar esta microsucursal si los resultados resultan alentadores. Al ser una especie de piloto en pruebas, la muestra es de lo más diversa, con locales en pequeñas poblaciones o barrios donde la clausura supondría abandonar la zona, y otras en grandes ciudades o, incluso, en el centro de capitales de provincia. Y es que el plan de estudio ha seleccionado oficinas cuyo nivel de transaccionalidad y de asiduidad de los clientes o por la propia cartera de negocio conduce a pensar que se encuentran sobredotadas de personal.