El efecto de la reforma laboral en los ajustes de la banca se deja notar, pero parece transitorio, según un cálculo realizado por Cinco Días. Así, pasó de pagar de media de indemnización de 66.947 euros por empleado despedido a finales de 2011 a 42.496 euros al cierre de 2012, lo que supone un 37% menos. Semejante descenso, sin embargo, se ha visto prácticamente anulado en el primer trimestre de 2013, cuando ascendió a 58.661 euros.
La razón estriba en las fuertes diferencias entre lo que pagan las grandes entidades sanas y las que han sido nacionalizadas y tienen graves problemas. Por ejemplo, la reestructuración del Santander a comienzos de año por la absorción de Banesto paga 50 días por año trabajado, lo que casi duplica las condiciones de Bankia. CaixaBank ofrece 45 días, mientras que NGC Banco, 30 días.