La patronal española de seguros, Unespa, ha creado recientemente una Guía de Comercialización de productos, en la que insiste en las mejores prácticas para vender paquetes de productos. Pese a que la Guía se presentó hace dos meses, ya cuenta con 47 aseguradoras adheridas.
En el manual, se explica que “si el seguro se ofrece de forma combinada junto a otros bienes o servicios no aseguradores, su contenido, alcance y garantías ha de quedar claramente diferenciado de éstos de forma que el cliente pueda distinguir claramente lo que es el producto de seguro del resto de productos no aseguradores incluidos en la venta”.
Asimismo, en los seguros de vida-ahorro, la Guía indica que debe informarse “de forma precisa y destacada sobre si el producto está garantizado o por el contrario si corresponde al tomador asumir el riesgo vinculado a la inversión. En este último caso, si se utilizan simulaciones deberán ajustarse a la realidad del mercado, informando al cliente de las hipótesis utilizadas”.
El principio general que inspira el manual es que “las aseguradoras promoverán, tanto en la venta directa como a través de mediadores, que la comercialización se realice teniendo en cuenta las necesidades e informaciones trasladadas por el cliente, directamente o a través del mediador, debiendo ofrecerle, dentro de la gama de productos de cada entidad, las opciones que mejor se adapten a sus intereses”. Para ello, Unespa recomienda que las entidades implanten Códigos de Conducta, “accesibles al público, donde se contengan los derechos de los clientes y los deberes de las entidades en las relaciones contractuales”.
Además, con la finalidad última de protección de los clientes, “las aseguradoras adoptarán las medidas necesarias para solventar cualquier situación de conflicto que puedan surgir entre ellas o con sus canales de distribución”.
En el manual, se explica que “si el seguro se ofrece de forma combinada junto a otros bienes o servicios no aseguradores, su contenido, alcance y garantías ha de quedar claramente diferenciado de éstos de forma que el cliente pueda distinguir claramente lo que es el producto de seguro del resto de productos no aseguradores incluidos en la venta”.
Asimismo, en los seguros de vida-ahorro, la Guía indica que debe informarse “de forma precisa y destacada sobre si el producto está garantizado o por el contrario si corresponde al tomador asumir el riesgo vinculado a la inversión. En este último caso, si se utilizan simulaciones deberán ajustarse a la realidad del mercado, informando al cliente de las hipótesis utilizadas”.
El principio general que inspira el manual es que “las aseguradoras promoverán, tanto en la venta directa como a través de mediadores, que la comercialización se realice teniendo en cuenta las necesidades e informaciones trasladadas por el cliente, directamente o a través del mediador, debiendo ofrecerle, dentro de la gama de productos de cada entidad, las opciones que mejor se adapten a sus intereses”. Para ello, Unespa recomienda que las entidades implanten Códigos de Conducta, “accesibles al público, donde se contengan los derechos de los clientes y los deberes de las entidades en las relaciones contractuales”.
Además, con la finalidad última de protección de los clientes, “las aseguradoras adoptarán las medidas necesarias para solventar cualquier situación de conflicto que puedan surgir entre ellas o con sus canales de distribución”.