Un nuevo caso Rumasa, esta vez con Nueva Rumasa, nos deja una conclusión muy clara: Se puede ser un buen gestor industrial y un pésimo financiero. La historia de José María Ruiz-Mateos así lo demuestra: Por dos veces ha levantado un imperio agro-alimentario, sector que domina a perfección en todas sus fases: producción, comercial, logística, distribución… Pero por dos veces también sus peculiares maniobras financieras han tumbado sus proyectos.
En los años ochenta, cometió el “pecado japonés”: Permitir que una industria fuera dueña de sus propios bancos y aseguradoras, que, una vez a su servicio, perdían toda su profesionalidad y acababan finalmente quebrando, arrastrando tras de sí a todo el grupo industrial.
1 comentarios:
comentariosLa historia se vuelve a repetir más de 20 años después.
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