Tras un periodo de consulta pública que acabó este mes, la Comisión Europea está ya trabajando en un borrador que modifique la Directiva MIFID, que tiene sólo tres años, y que podría estar listo en mayo, aunque la aprobación definitiva de los cambios no se vería, como mínimo, hasta principios de 2013. Entre los aspectos que más influirán a los asesores financieros, está la posibilidad de prohibir o limitar las retrocesiones de las entidades financieras a los asesores por la comercialización de sus productos de inversión.
La intención de la Comisión es fomentar la transparencia en la remuneración del asesor, que debería tender a que sea sólo el cliente final el que pague sus servicios. Esta medida haría a los asesores financieros y de inversión realmente independientes de las entidades, y contribuiría que su foco estuviera únicamente en buscar los mejores productos para sus clientes, sin presiones económicas de las entidades.
No obstante, esta medida choca de frente con la tradición española, donde los asesores son normalmente retribuidos con comisiones y rappels por las entidades, en función del volumen de ventas de sus productos; una práctica muy extendida, sobre todo en la comercialización de fondos. En Reino Unido, la FSA ha dictado recientemente normas que limitan las retrocesiones en determinados productos financieros y aseguradores, aunque sin prohibirlas totalmente.
El sector asegurador español ya vivió un debate similar sobre la necesidad de fomentar la independencia de los corredores de seguros. El debate se zanjó con una normativa que prohibía los rappels, mantenía la posibilidad de cobrar comisiones y regulaba el cobro de honorarios profesionales del cliente. Tras varios años de la normativa en vigor, los honorarios han tenido un escasísimo desarrollo entre los corredores, que siguen facturando mayoritariamente comisiones a las entidades por la venta de sus seguros.
Otras medidas que podría incluir el borrador de la CE es la obligación de informar al cliente de que la recomendación que le ha dado el asesor se ha hecho en base a los principios de independencia y análisis justo del mercado. La obligación de analizar varios productos antes de elegir uno para el cliente y de informarle periódicamente sobre la evolución del producto en cuanto a rentabilidad o variaciones sustanciales que puedan sufrir.