Los inversores españoles van aceptando poco a poco la figura del asesor financiero, según un estudio de Legg Mason. No obstante, el número de inversores que dicen trabajar con un asesor financiero en España, cifrado en el 29%; todavía muy alejado de otros países desarrollados, ya que, por ejemplo, el 55% de los inversores de EEUU.
El informe explica que entre las principales razones que esgrimen los inversores españoles para operar con asesores está que acceden a oportunidades de inversión que no habrían conocido de no trabajar con ellos, según reconocen el 39% de los inversores. Otra razón expuesta por un 41% es que pueden obtener a través de los asesores una mayor rentabilidad para sus inversiones; y además un 38% cita que el asesor financiero les proporciona tranquilidad al realizar sus inversiones.
En cuanto a la evolución de sus inversiones, los españoles querrían conseguir una mayor rentabilidad, pero temen asumir los riesgos que implica conseguirla. Las principales preocupaciones de los inversores españoles se centran en mantener su nivel de vida tras la jubilación y la atracción que sienten hacia la renta variable internacional, donde quieren incrementar sus posiciones en los próximos años.
Según Javier Mallo, responsable de Legg Mason en España y Portugal, “las conclusiones del informe confirman que los inversores españoles gradualmente están adoptando un enfoque más diversificado en sus inversiones, con más enfoque hacia la inversión internacional y la renta variable. Destaca también su preocupación respecto a los ingresos durante la jubilación, que provocarán que el inversor nacional aumente progresivamente la diversificación de sus inversiones para generar mayores rentabilidades”.
En el estudio, han participado 200 inversores españoles con más de 200.000 dólares invertidos en activos.
El informe explica que entre las principales razones que esgrimen los inversores españoles para operar con asesores está que acceden a oportunidades de inversión que no habrían conocido de no trabajar con ellos, según reconocen el 39% de los inversores. Otra razón expuesta por un 41% es que pueden obtener a través de los asesores una mayor rentabilidad para sus inversiones; y además un 38% cita que el asesor financiero les proporciona tranquilidad al realizar sus inversiones.
En cuanto a la evolución de sus inversiones, los españoles querrían conseguir una mayor rentabilidad, pero temen asumir los riesgos que implica conseguirla. Las principales preocupaciones de los inversores españoles se centran en mantener su nivel de vida tras la jubilación y la atracción que sienten hacia la renta variable internacional, donde quieren incrementar sus posiciones en los próximos años.
Según Javier Mallo, responsable de Legg Mason en España y Portugal, “las conclusiones del informe confirman que los inversores españoles gradualmente están adoptando un enfoque más diversificado en sus inversiones, con más enfoque hacia la inversión internacional y la renta variable. Destaca también su preocupación respecto a los ingresos durante la jubilación, que provocarán que el inversor nacional aumente progresivamente la diversificación de sus inversiones para generar mayores rentabilidades”.
En el estudio, han participado 200 inversores españoles con más de 200.000 dólares invertidos en activos.