Pese a la entrada en vigor de la RDR en Reino Unido a finales de 2012, que obliga a los asesores financieros independientes a cobrar sólo honorarios profesionales y ser transparentes con su remuneración ante el cliente, el supervisor británico FSA se muestra preocupado porque cree que los asesores siguen sin ser claros en la información sobre este tema que ofrecen a los usuarios.
Así se desprende de una encuesta realizada esta primavera a 113 entidades (bancos privados, IFAS, pequeños y grandes asesores financieros, y firmas de gestión de patrimonios) para comprobar cómo habían implementado las nuevas reglas de transparencia. Los resultados mostraron que el 73% de las entidades no había proporcionado la información requerida sobre sus gastos de asesoría al cliente. Por ejemplo, el 58% no supo dar información clara por adelantado sobre cuánto costaría su asesoría, y más de un tercio no les ofreció explicaciones claras sobre el servicio ofrecido a cambio de honorarios o sobre los derechos de cancelación del servicio por parte del cliente. Incluso de la encuesta se ha derivado una investigación sobre dos entidades (un asesor financiero y un administrador de grandes patrimonios) que podrían acabar en sanciones, por presentar fallos particularmente graves.
Según Clive Adamson, director de supervisión de la FSA, “los fallos identificados en la revisión sugieren que algunos consumidores podrían no ser conscientes del coste del asesoramiento o incluso son engañados en relación a este aspecto. Si bien estos fallos aparecen de forma generalizada en toda la industria, los gestores de patrimonios y bancos privados tuvieron los resultados más pobres, frente a bancos y aseguradoras de vida. Si bien hemos visto un progreso positivo en la voluntad por parte de asesores para adaptarse al nuevo entorno regulatorio, estoy decepcionado con los resultados de nuestra última encuesta e invitamos al sector a responder adecuadamente”.