
En la rueda de prensa de EFPA, Santiago Satrústegui, presidente de Abante Asesores, declaró que “en Reino Unido, con la RDR se ha hecho una aplicación muy restrictiva de la directiva, que se ha centrado mucho en cuánto gana el asesor financiero, prohibiendo las retrocesiones para los independientes y obligándoles a cobrar del cliente. Este debate llegará a España en menos de dos años y tendremos que buscar palabras para definir cada categoría de asesor. Mi opinión es que un enfoque muy restrictivo de la MiFID II haría muy difícil el desarrollo del asesoramiento independiente en nuestro país, que quedaría restringido a clientes con altos volúmenes de patrimonio. Esto ya está ocurriendo en Reino Unido, donde al inversor mediano o pequeño se le está condenando a trabajar con agentes dependientes de entidades financieras. Existe la duda de si esto también pasará en España”.
Por su parte, Carlos Tusquets cree que en España habrá una aplicación gradual de este tema “y no sabemos si al final se llegará a implantar la versión de Reino Unido, donde la asesoría financiera a través de las IFA ha dominado el mercado, frente a la preponderancia en España de las sucursales bancarias. En lugar de arquitectura abierta, a mi me gusta hablar de arquitectura guiada, que es la que no mezcla comercialización y asesoramiento, que se dedica a construir carteras con sus recomendaciones”.
No obstante, ambos directivos coincidieron en que “no hay que quedarse en el tema de las retrocesiones, ya que la MiFID II es algo mucho más amplio. Nos da igual cómo se solucione el problema, lo importante es la formación de todos los profesionales del sector: De bancos, gestoras, EAFI, sociedades de valores, agencias, etc. Estamos en un momento crítico y los profesionales financieros deben tener conciencia de su labor social y defender su profesionalidad, esto será un cambio muy importante en el mercado. En ello coincidimos con la CNMV, a la que preocupa mucho la protección del inversor”.