Álvaro Antón (Aberdeen AM) desveló en el Forum Expert de iiR que el valor de las propuestas de un asesor en Reino Unido es de 93 euros por hora en el caso de un nuevo cliente y 80 euros para clientes en cartera: “Un punto importante que traerá la MiFID II es la prohibición de retrocesiones para entidades independientes. Sin embargo, podría permitirse el cobro de beneficios no monetarios y de menor cuantía, siempre que se informe al cliente y se pruebe que aumentan la calidad del servicio prestado y no ponen en peligro su independencia. Por su parte, los dependientes tendrán absoluta libertad para cobrar comisiones si bien tendrán que comunicarlos y explicar los mecanismos por los que los obtienen, demostrando también que aumentan la calidad del servicio de asesoramiento”.
En el foro, Jesús Mardomingo, socio de Cuatrecasas, advirtió que habrá mayor presión en los márgenes, “pero la mayor competencia también podría bajar los precios. Con la arquitectura abierta habrá un trasvase de precios y llevará a un cambio de hábito del inversor, que debe acostumbrarse a pagar. La MiFID II está aparentemente lejos, pero sus efectos comienzan a dejarse sentir, ya que obligará a las entidades a adoptar una decisión estratégica: Posicionarse como asesores independientes o no independientes, si bien también permitirá a una entidad prestar ambos tipos de servicio, es decir, tener un modelo mixto, aunque en ese caso la entidad tendrá que separar ambos servicios y no podrá hacer publicidad de la independencia”.
Si optan por la independencia, no podrán recibir incentivos y tendrán que evaluar un rango suficiente de instrumentos financieros disponibles en el mercado que sean suficientemente diversos y que provengan de varios emisores. Las entidades deberán ofrecer información sobre los instrumentos financieros utilizados y si son de la entidad, del grupo o de terceras entidades. También, información periódica sobre idoneidad y riesgos de los productos; y comisiones de asesoramiento.
En el foro, Jesús Mardomingo, socio de Cuatrecasas, advirtió que habrá mayor presión en los márgenes, “pero la mayor competencia también podría bajar los precios. Con la arquitectura abierta habrá un trasvase de precios y llevará a un cambio de hábito del inversor, que debe acostumbrarse a pagar. La MiFID II está aparentemente lejos, pero sus efectos comienzan a dejarse sentir, ya que obligará a las entidades a adoptar una decisión estratégica: Posicionarse como asesores independientes o no independientes, si bien también permitirá a una entidad prestar ambos tipos de servicio, es decir, tener un modelo mixto, aunque en ese caso la entidad tendrá que separar ambos servicios y no podrá hacer publicidad de la independencia”.
Si optan por la independencia, no podrán recibir incentivos y tendrán que evaluar un rango suficiente de instrumentos financieros disponibles en el mercado que sean suficientemente diversos y que provengan de varios emisores. Las entidades deberán ofrecer información sobre los instrumentos financieros utilizados y si son de la entidad, del grupo o de terceras entidades. También, información periódica sobre idoneidad y riesgos de los productos; y comisiones de asesoramiento.