El economista jefe de Robeco, Léon Cornelissen, considera que, tras las bajadas record del precio del petróleo, “la capacidad de la OPEP de rebajar los niveles de producción para aumentar artificialmente el precio del crudo es bastante limitada. De hecho, los principales productores de Oriente Próximo han estado extrañamente callados sobre esta cuestión, en parte para no desencadenar una guerra de precios con EEUU. La revolución del petróleo de esquisto en EEUU ha sido en parte responsable del enorme aumento de la oferta, al reducir su dependencia del petróleo árabe, y ha coincidido con una reducción de la demanda mundial”.
A su juicio, “en los últimos meses el mercado de petróleo ha sufrido la tormenta perfecta por el lado de la oferta y la demanda. Por una parte, el mercado del petróleo registra actualmente un boom de la oferta, ya que los elevados volúmenes de producción deparados por la revolución del petróleo en EEUU han sorprendido a todo el mundo. La producción de petróleo de EEUU registra ahora a su nivel más alto desde que se iniciará en 1983. Al mismo tiempo, la dinámica de crecimiento económico de la economía mundial se ha ralentizado, lo que se traduce en unas perspectivas menos brillantes para la demanda de crudo”.
Cornelissen afirma que el menor precio del petróleo es beneficioso en general para Occidente. Los estudios demuestran que una caída de más del 20% en la cotización del crudo normalmente genera un 0,4% adicional de crecimiento del PIB real. Esto obedece fundamentalmente a la mayor capacidad de gasto que tienen los consumidores al abaratarse el precio de los combustibles. Para los productores de petróleo es necesario un reajuste del mercado, ya que el precio del petróleo ha caído por debajo del nivel de producción en donde reside el equilibrio fiscal, lo que hace que la cotización de mercado actual sea insostenible desde el punto de vista de los presupuestos públicos”.
Además, Cornelissen considera que los obstáculos a una recuperación de los precios del petróleo seguirán siendo considerables, debido al impacto de países que no miembros de la OPEP, como Rusia, que es uno de los mayores productores mundiales de petróleo: “Si la OPEP acuerda un recorte de la producción los países ajenos a éste organismo se verán tentados a reaccionar aumentando la producción. Economías emergentes en dificultades, como Rusia, México y Brasil, necesitan claramente ingresos adicionales del petróleo y, si la OPEP sostiene los precios, reaccionarán con un aumento de la producción. Asimismo, la continuada apreciación del dólar constituye otro obstáculo. Un dólar más caro, como prevemos para 2015, constituye un problema adicional para el mercado del petróleo, ya que encarece al factura para los importadores fuera de EEUU. Por tanto, los precios del petróleo se van estabilizar, pero no se producirá un rebote importante hacia el nivel de 100-115 USD por barril. Es probable que su cotización registre una deriva alcista, pero manteniéndose por debajo de los 90 USD para el crudo Brent.”