Especialmente en Estados Unidos son muchos los casos de actores, músicos y otras celebridades que han visto desaparecer sus fortunas en poco tiempo. En muchas de las informaciones sobre estos casos, los afectados acusan amargamente a sus asesores financieros de haberlos estafados, aprovechándose de su incultura financiera o falta de interés por las inversiones. Sin embargo, un análisis de la mayor parte de los casos permite ver que entre los afectados se esconden fuertes tendencias al derroche compulsivo. Este es el caso por ejemplo de la actriz Lindsay Lohan, quien, tras numerosos escándalos, decidió en 2012 declararse en bancarrota, al no poder asumir una multa fiscal de 900.000 dólares.
Otro tanto le ha pasado en, al menos, un par de ocasiones al actor Nicolas Cage. La última hace dos años, cuando acusó a su asesor Samuel Levin de hacerle perder 20 millones de dólares, lo que le originó no poder pagar 6,3 millones de dólares al fisco estadounidense. Para ello tuvo que vender la mayor parte de sus activos inmobiliarios. Por su parte, el asesor se defendió acusando a Cage de llevar un tren de vida por encima de sus posibilidades y de una desmedida afición al lujo. La cantante Rihanna es la última que ha vivido episodios similares. Acusa a la gestora Berdon LLP de hacerla perder 9 millones de dólares, aunque los medios de EEUU citan como causa algunos descalabros artísticos y errores en la venta de su patrimonio inmobiliario. Seguramente estos tres casos no sean los últimos en la difícil relación de los egos de los artistas con la gestión de su patrimonio.
Otro tanto le ha pasado en, al menos, un par de ocasiones al actor Nicolas Cage. La última hace dos años, cuando acusó a su asesor Samuel Levin de hacerle perder 20 millones de dólares, lo que le originó no poder pagar 6,3 millones de dólares al fisco estadounidense. Para ello tuvo que vender la mayor parte de sus activos inmobiliarios. Por su parte, el asesor se defendió acusando a Cage de llevar un tren de vida por encima de sus posibilidades y de una desmedida afición al lujo. La cantante Rihanna es la última que ha vivido episodios similares. Acusa a la gestora Berdon LLP de hacerla perder 9 millones de dólares, aunque los medios de EEUU citan como causa algunos descalabros artísticos y errores en la venta de su patrimonio inmobiliario. Seguramente estos tres casos no sean los últimos en la difícil relación de los egos de los artistas con la gestión de su patrimonio.
1 comentarios:
comentariosIgual que en las demás profesiones existen estafadores o no. Depende siempre de tu integridad,no por eso un asesor financiero debe estafarte. Tal y como dice este artículo si tus clientes son personas con tendencia al derroche compulsivo...todo habría que verlo.
ReplyUn saludo