"La transparencia debería centrarse en informar sobre los rendimientos y no en desglosar comisiones y prohibir retrocesiones"

2 miércoles, 10 de diciembre de 2014


El informe “El futuro de la gestión de activos” de PwC y Fundación de Estudios Financieros sostiene que las medidas regulatorias que quieren fomentar la transparencia en el sector serían “más útiles si se encaminaran a mayores exigencias de transparencia en la información sobre rendimientos de la inversión, más que al desglose de las comisiones y prohibición de las retrocesiones. Deberían revisarse las exigencias actuales de información al cliente para establecer pautas que se apoyen en modelos resumidos con información relevante y solo sea necesario entregar esta última. La abundancia de información resulta contraproducente: confunde y desinforma”.
El estudio concluye que, aunque nominalmente la regulación se orienta a proteger al inversor y a democratizar el acceso a servicios de inversión y asesoramiento financiero al mayor número posible de inversores, “la realidad es que, al encarecer sus costes, la regulación obliga a la industria a centrarse en grandes patrimonios y dejar fuera a la clase media, segmento con un potencial de crecimiento relevante”.
Extensión de la RDR
La regulación británica RDR se está extendiendo, sobre todo en Europa, pero también en otras regiones: “Se espera que para el año 2020, el RDR, o una regulación similar de modelos de honorarios y de transparencia, se aplique en todos los principales mercados, incluyendo Asia. Con la separación de la cadena de valor de los productos, los administradores de activos verán disminuir sus márgenes, poniendo el énfasis en economías de escala y en mayores eficiencias operativas. El mensaje está claro: el coste importa y la transparencia es clave”. Esto traerá una serie de implicaciones para los modelos de tarifas para la gestión de activos. Según el estudio, los principales serán éstos:
1.- Los gestores deberán utilizar diferentes modelos para las clases medias ofreciendo servicios más “autodirigidos”.
2.- Se beneficiará a los productos que sean menos complejos para determinados clientes ya que los asesores consumen menos tiempo explicándolos. Los productos estarán claramente orientados a las necesidades del inversor.
3.- Se fomentarán las plataformas online de comercialización directa a clientes minoristas para llegar más lejos y a más gente.
4.- Se tenderá a modelos de bajo coste. La ausencia de comisiones basada en las tasas de gestión eliminará cualquier incentivo de los distribuidores a vender productos con un elevado índice de gastos y sin valor añadido, fomentando los productos “low-cost”.
5.- Aumentará el interés por las iniciativas relacionadas con la educación financiera. La industria para ser más creíble deberá contribuir de forma importante a la mejora de la formación financiera de los clientes.
Críticas a las comisiones máximas
Los autores del informe creen que es un error fijar por ley comisiones máximas, porque “desincentiva a los mejores gestores y, lo que es más preocupante, perpetua a los menos eficientes y a los gestores de mayor tamaño, que son los que pueden sobrevivir con menores ingresos”.
Además, el aluvión de regulaciones que buscan transparencia en la gestión de activos determinará que el éxito pase por cómo se configuren las tarifas y cómo se comuniquen al cliente: “Las entidades que mejor y más rápido se adapten a este entorno serán las triunfadoras en el futuro. La transparencia de costes de los distintos servicios -gestión, distribución y asesoramiento- hará necesario avanzar hacia reglas de juego más equilibradas en todas las áreas financieras, porque puede incidir de manera importante en la forma en que se vaya a desarrollar la industria de inversión colectiva frente a otras industrias financieras”.
Optimismo
En cualquier caso, la esencia del informe de la FEF y PwC incide en un desarrollo importante de la industria, tanto en activos gestionados como en la propia relevancia del sector dentro del ámbito financiero en su conjunto: “Los cambios del mercado y las necesidades de los inversores por incrementar el ahorro a largo plazo, producirán un entorno propicio para el sector. Estas oportunidades también serán atractivas para un creciente y diverso conjunto de competidores que podrían irrumpir en la industria, sobre todo empresas de los medios de comunicación social o de tecnología, actuando bien directamente o bien mediante acuerdos con entidades financieras”.
Asimismo, señala que “este incremento del volumen gestionado que se prevé significará una mayor responsabilidad de la industria frente a la sociedad. Esto implica mejorar el gobierno corporativo de las entidades. La industria de gestión de activos tiene que generar más confianza aún, dentro de la comunidad en general”.
Y por último, recalca la importancia que tendrá en el futuro la tecnología: “Será un elemento principal para impulsar la participación del cliente, la obtención y tratamiento de datos para conseguir información sobre los clientes actuales y potenciales, la eficiencia operativa y regulatoria y el reporting fiscal. El sector debe ser consciente de que la tecnología va a implicar un coste importante pero también que representará un reto ya que aquellas entidades que apuesten por ella estarán en una mejor posición competitiva en el futuro. La demanda de una solución integral y adaptada a cada cliente impulsará la tecnología para los gestores de activos en el futuro”.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

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