Ante la acuciante falta de financiación que padecen en España las PYMES y los autónomos, debido a la fortísima crisis de las entidades financieras de nuestro país, KPMG ha detallado las seis vías alternativas para captar financiación, al margen de acudir a los bancos:
1) Factoring sin recurso. Consiste en la adquisición de la cartera de clientes de una sociedad por una entidad financiera, lo que permite cubrir el circulante al recibir los fondos antes de vencimiento. En cierto modo, funciona como un descuento. Se trata de una herramienta habitual cuando la cesta de clientes tiene buena calidad crediticia, dado que las entidades financieras renuncian al recurso. Si está bien articulado legalmente, la partida de clientes puede darse de baja del balance de la empresa.
2) Titulización. Se basa en la transferencia hacia un inversor de activos financieros que proporcionan derechos de crédito. Estos pueden ser desde facturas hasta préstamos de entidades financieras. Esos derechos de crédito se transforman en títulos financieros. Normalmente los derechos se dan de baja de balance. Es una vía frecuente entre las entidades financieras.
3) Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Según la consultora, hay un amplio espectro de empresas que podría ser susceptibles de cotizar en este mercado, pero el éxito de salir a este mercado viene determinado por cumplir cuatro máximas: Tener un destino claro para la financiación y presentar un proyecto con potencial de crecimiento; contar con un plan de negocio realista; el accionariado y la dirección deben estar comprometidas con el negocio, y prima los planes de internacionalización. El MAB reúne actualmente a 21 empresas y la financiación media obtenida alcanza los 5,5 millones. El mínimo para empezar a cotizar es de 2 millones de euros.
4) Mercado de bonos. KPMG afirma que Europa está a años luz del desarrollo de este mercado en EEUU, aunque hay notables avances desde 2009 y casi la mitad de la deuda emitida en Europa se realiza ya en bonos. Sus destinatarios son fondos especializados que buscan rentabilidades más atractivas que la ofrecida por otros productos de renta fija tradicionales, como aseguradoras y fondos de pensiones. Son emisoras recurrentes las empresas españolas con importante presencia internacional. Las ventajas de esta herramienta están en el acceso a mayores niveles de apalancamiento respecto a la financiación bancaria, un mayor plazo (entre 7 y 10 años) y covenants menos estrictos. También destaca la alta liquidez y la posibilidad de incrementar su importe con flexibilidad y en breve espacio de tiempo.
5) Fondos de deuda. Su liquidez ha caído respecto a años anteriores a la crisis, permaneciendo solo los jugadores tradicionales que invierten en tramos subordinados de deuda y fondos oportunistas que buscan deuda con altos niveles de descuento en el mercado secundario. No puede descartarse, ante la restricción en la financiación bancaria, que proliferen nuevos fondos especializados en deuda corporativa no cotizada que intenten ocupar un espacio que tradicionalmente está reservado a bancos tradicionales.
6) Capital riesgo. Las sociedades de capital riesgo suelen fijarse en empresas no cotizadas y sus inversiones se acometen con cierto nivel de apalancamiento. Aparece en distintas fases de desarrollo (semilla, start up y expansión) y suelen preferir empresas tecnológicas o de tamaño considerable. El Consejo Superior de Cámaras calcula que sólo el 1,3% de las PYMES que busca financiación ha accedido al capital riesgo, que invierte unos 3.000 millones al año en España, con tendencia claramente descendente.