Los herederos de grandes fortunas de la generación millenials (nacidos entre 1982 y 2000) son más idealistas sobre el uso de su riqueza, pero la mayoría está en línea con los valores de sus padres, según un estudio de Morgan Stanley Private Wealth Management y Campden Wealth, realizado entre 87 herederos de fortunas de más de 25 millones de dólares. Esto se ve muy bien cuando se les pregunta por la figura del asesor financiero: El 63% considera que los asesores son necesarios para tomar decisiones de inversión y un 49% cree probable o muy probable que continúen operando con los asesores de sus padres cuando reciban su herencia.
También quieren seguir manteniendo la forma de trabajar con los asesores de sus padres, pese a la creciente influencia social de las nuevas tecnologías. Así, un 82% busca más compromiso personal con su asesor financiero y un 74% quiere hacer más negocios vía telefónica. También por email (68%), redes sociales (15%) o por video o Skype (5%).
Según Douglas Ketterer, jefe de Estrategia y Gestión de Cliente de Morgan Stanley WM, “si bien estos herederos pueden usar medios digitales para conectar en su vida persona, prefiere manejar su riqueza en reuniones cara a cara con un asesor.
Sobre sus preferencias a la hora de invertir, son más conservadores que sus padres y solo un 11% afirma estar dispuesto a asumir un riesgo sustancial ante la posibilidad de obtener una ganancia sustancial. Douglas indica que “áreas como filantropía, emprendimiento e inversiones basadas en valores tienen un gran atractivo para este grupo y suponen fuertes oportunidades de participación”.
En cuanto a sus valores, el 63% de millenials se ven a sí mismos como guardianes de su riqueza para futuras generaciones, frente a un 46% de la generación anterior. Asimismo, un 58% ve su riqueza como un vehículo para ayudar a la comunidad, frente al 38% de sus predecesores. En cualquier caso y al igual que sus padres, su valor más importante es la familia, según reconoce el 95%, mientras que un 64% ve que sus valores están muy alineados con los de sus padres y únicamente un 6% dice contar con una escala de valores muy diferente de la de sus padres.
Otro mito que desmonta el informe es el de la vida ociosa de los ricos, pues en la nueva generación el 81% dice que es muy importante tener una carrera exitosa y el 68% está dispuesto a seguir trabajando incluso después de heredar.
También quieren seguir manteniendo la forma de trabajar con los asesores de sus padres, pese a la creciente influencia social de las nuevas tecnologías. Así, un 82% busca más compromiso personal con su asesor financiero y un 74% quiere hacer más negocios vía telefónica. También por email (68%), redes sociales (15%) o por video o Skype (5%).
Según Douglas Ketterer, jefe de Estrategia y Gestión de Cliente de Morgan Stanley WM, “si bien estos herederos pueden usar medios digitales para conectar en su vida persona, prefiere manejar su riqueza en reuniones cara a cara con un asesor.
Sobre sus preferencias a la hora de invertir, son más conservadores que sus padres y solo un 11% afirma estar dispuesto a asumir un riesgo sustancial ante la posibilidad de obtener una ganancia sustancial. Douglas indica que “áreas como filantropía, emprendimiento e inversiones basadas en valores tienen un gran atractivo para este grupo y suponen fuertes oportunidades de participación”.
En cuanto a sus valores, el 63% de millenials se ven a sí mismos como guardianes de su riqueza para futuras generaciones, frente a un 46% de la generación anterior. Asimismo, un 58% ve su riqueza como un vehículo para ayudar a la comunidad, frente al 38% de sus predecesores. En cualquier caso y al igual que sus padres, su valor más importante es la familia, según reconoce el 95%, mientras que un 64% ve que sus valores están muy alineados con los de sus padres y únicamente un 6% dice contar con una escala de valores muy diferente de la de sus padres.
Otro mito que desmonta el informe es el de la vida ociosa de los ricos, pues en la nueva generación el 81% dice que es muy importante tener una carrera exitosa y el 68% está dispuesto a seguir trabajando incluso después de heredar.