Las dos primeras oleadas de despidos llevadas a cabo en la banca española entre 2009 y 2012 permitieron que muchos despedidos pudieran encontrar trabajo en el incipiente sector de la asesoría financiera independiente o como agentes de entidades. Muchas EAFI, entidades financieras y asesores de tamaño mediano agradecieron el talento profesional y experiencia que las reestructuraciones bancarias ponían a su disposición.
Pero la tercera avalancha de despidos en los bancos que se prevé este año no podrá ser asumida en ningún caso por el sector de la asesoría financiera, por el enorme volumen que se prevé tengan los EREs que se están programando. Así, Bankia despedirá entre 5.000 y 6.000 trabajadores hasta 2015 y cerrará 1.100 oficinas; la fusión del Santander, Banesto y Banif acarreará la salida de unos 3.000 empleados; Novagalicia se deshará de 2.500 trabajadores hasta 2016; Banco de Valencia prescindirá de la mitad de su plantilla (890 empleos) Caja 3 suprimirá casi 600 empleos y cerrará 187 sucursales, y Banco Ceiss hará otro tanto con 1.500 empleados y 263 oficinas (si no soluciona su integración en Unicaja).
De todos estos despedidos, sólo los ex–empleados de la banca muy cualificados o los que sean capaces de captar una cartera entre sus antiguos clientes del banco podrán ser asesores financieros o ingresar en las redes de agencias. El volumen es realmente demasiado.