El pasado mes de enero, el Mature Market Institute de la aseguradora MetLife elaboró un estudio sobre las inquietudes financieras multigeneracionales de los Baby Boomers nacidos entre los años 40 y finales de los 60, la Generación X desde 1970 a principios de los 80 y la Generación Y entre 1982 y 1995. Como continuación al mismo, plantea 10 consejos para intentar asegurar que las familias estén preparadas para acometer su futuro financiero:
1.- Comprender la situación de partida de cada uno. Se trata de analizar con detalle la situación financiera actual y las obligaciones de cada uno, teniendo en cuenta las metas y responsabilidades a medio y largo plazo.
2.- Ser consciente de cuánto se necesita. Es importante conocer bien la cantidad necesaria de protección financiera básica que se necesita a largo plazo, para prevenir el posible impacto financiero de la familia y asegurarse de que todas las áreas están cubiertas.
3.- Protegerse uno mismo primero, para después cuidar adecuadamente de los demás. Sólo se puede ayudar a los demás, si antes uno se preocupa por asegurarse a sí mismo.
4.- No gastar más de lo que se ingresa. Controlar la balanza de gastos e ingresos es fundamental para no despilfarrar. Cualquier gasto, por mínimo que parezca, será una inversión cara si no es estrictamente necesario.
5.- Ahorrar. Una de las premisas más importantes si se quiere asegurar un adecuado futuro financiero, es ahorrar lo máximo posible. Por ejemplo, la tradición norteamericana recomienda ahorrar al menos un 25% de los ingresos familiares.
6.- Disponer de un testamento. La mayoría de las familias no planifican la organización de la herencia y las últimas voluntades. Sin embargo, es necesario tener un testamento coherente y bien estudiado, incluso con el asesoramiento de algún especialista.
7.- Moverse por la comprensión y el afecto. Para las familias, el apoyo financiero viene motivado por la consideración y el cariño. Cada generación responde a través de un sentido de cuidado, responsabilidad y afecto, y no como un mandato o una obligación.
8.- Realizar un plan de imprevistos. Estar prevenidos ante circunstancias imprevistas como un fallecimiento o un accidente grave, puede ser una garantía económica de cara al futuro.
9.- Elaborar un plan financiero. Como punto de partida, es recomendable disponer de un plan financiero básico, asegurando, no sólo los ahorros para la jubilación, sino disponiendo también de reservas financieras tanto para el devenir como para situaciones imprevistas.
10.- Evaluar los logros y objetivos periódicamente. A lo largo de la vida, las responsabilidades y prioridades cambian. Es importante evaluar las metas y objetivos para adaptar el plan financiero a la realidad de cada momento. Por mencionar un ejemplo, no tienen nada que ver las necesidades y expectativas de una persona soltera de 27 años, con las de una casada de 57 con varios hijos a su cargo.